Sobre Nigeria, punitivismo mediático y trata

El paulatino endurecimiento de las leyes migratorias europeas desde los años 90, que convierte la posibilidad de migrar de forma legal practicamente en una quimera, ha desempeñado también su papel a favor de las redes de tráfico y trata de personas, cada vez más profesionalizadas. -Qué hacemos con las fronteras - VVAA -

 

El pasado 12 de enero se conocía la sentencia de la audiencia de Cantabria en la que se condenaba a varias personas acusadas de pertenecer a una red mafiosa de trata de personas y explotación sexual mediante la captación de mujeres jóvenes nigerianas. El juicio a estas siete personas de nacionalidad nigeriana fue en octubre de 2020. Largas condenas caen finalmente sobre ellas por su responsabilidad en formar parte de una cadena de explotación con delitos de trata con fines de explotación sexual en concurso con prostitución coactiva, y delitos de ayuda a la inmigración ilegal.

Sin tener ningún tipo de empatía por este tipo de prácticas que se lucran del engaño, la explotación sexual y el dominio patriarcal sobre determinadas personas, este hecho, como muchos otros relacionados con campañas antitrata estatales y operaciones policiales, merece unos comentarios que profundicen en ¿qué papel tiene la función policial y punitiva en el fin de la trata?

Unida a esta pregunta, vienen encadenadas otras como ¿Por qué las noticias que nos informan sobre golpes a las organizaciones mafiosas -aquí suelen entrar desde estructuras criminales ilegales realmente organizadas, como redes informales de cadenas de explotación- hacen tanto hincapié en las personas detenidas y no nos hablan de las personas afectadas por dicha trata? ¿Qué pasa con las mujeres sin papeles de dichas estructuras desmanteladas? ¿Por qué Nigeria se ha convertido en una de las cunas de la industria exportadora de la explotación sexual? ¿en qué lugar pasivo y victimizante se deja a las mujeres migrantes afectadas cuando la trata se explica únicamente por el engaño y la extorsión? ¿Qué tipo de politicas migratorias fomentan la proliferación del tráfico sexual? Y, ¿qué clase de efectividad tiene el encarcelamiento de personas a la hora de combatir la trata?

 

Las campañas mediáticas

La mayoría de operaciones contra redes de trata subsahariana en el estado español encuentran a personas de origen nigeriano en estas. Sin embargo, probablemente por la práctica de otras vías y otras rutas fronterizas en donde España no siempre es el mejor paso o destino, por lo menos entre 2006 y 2015, la migración de personas nigerianas en España ha disminuido, manteniéndose más o menos estable en los últimos años. Por otro lado, la migración subsahariana siempre ha sido mayoritariamente masculina, aunque en los años 90 empiecen a venir más mujeres migrantes al estado español.

Cuando se habla de tráfico de personas, el trayecto y destino no solamente está relacionado con la industria sexual, sino también con la de los cuidados, la agrícola y/o la de la mendicidad.

Una de las consecuencias en los mensajes implícitos de los logros punitivos y policiales es no aceptar la corresponsabilidad que las políticas migratorias, el racismo de estado y el extractivismo energético -criminalidad legal- junto con las mafias – criminalidad ilegal – tienen en la existencia de estas redes de explotación y violencia.

Por ejemplo, siete personas africanas encarceladas por explotar a personas de su mismo origen es el único mensaje que subyace de la noticia con la que abrimos este artículo. “Los malos y las malas” atrapados y atrapadas, mientras de las “indefensas y consideradas como sujetos pasivos” no sabemos nada. Cuestión que sería lo importante, lo verdaderamente logrado. No que personas desconocidas conozcan sus vidas a través de la práctica invasiva del periodismo, sino simplemente el hecho de garantizar que las personas puedan salir de las redes de explotación.

Como Patricia Simón nos cuenta en Píkara, las administraciones están mucho más volcadas en generar discursos contra la trata y la prostitución que en combatir sus causas; la desigualdad, el racismo, el colonialismo y las fronteras.

La ley de extranjería genera que personas sin papeles tengan que vender su fuerza de trabajo contribuyendo a la economía nacional a la vez que tragando con vejaciones de todo tipo. En el ámbito doméstico, en los trabajos agrarios etc Pero también impide que muchas mujeres no salgan de las redes de trata. La dificultad de salir no se debe sólo al miedo a las amenazas de quienes les controlan (las madammes, los jefes...), sino por el miedo a ser encerradas en un cies y/o deportadas al acudir a la policía. Porque la deportación es una posibilidad una vez que las redes son desmanteladas.

 

Es la persecución donde el sistema de protección está centrado, no en la garantía de las personas afectadas. Esto genera también que la supervivencia de muchas mujeres sea escalar en la cadena de explotación de esas mismas redes antes que salir. Esto sucede. Ejerciendo labores de vigilancia hacia el resto de jóvenes mujeres a través de la retirada de pasaportes, el chantaje mediante vudú*, las amenazas ante la posibilidad de abandonar etc. En ocasiones mujeres detenidas por trata son antiguas víctimas de ésta misma práctica. Mujeres que se nieguen a declarar, muchas veces obligadas a tener un discurso “coherente”y “razonable”, si están en situación irregular, pueden ser expulsadas a sus lugares de origen, donde además de volver a enfrentarse a los problemas que originaron su movilidad forzada, se añaden los relacionados con el estigma de retornar tras haberse prostituido.

Para obtener protección, el requisito imprescindible es colaborar con la justicia.La protección de víctimas de trata, puesto que está centrada en labores más punitivas que cuidadoras, tiene consecuencias también sobre otros colectivos. Por ejemplo, pone en una situación de mayor vulnerabilidad a las trabajadoras sexuales migrantes que no son víctimas de trata. Porque la persecución de la inmigración ilegal es la lógica del sistema. Esta característica también es visible con las menores no acompañadas, que a ojos de la administración son antes migrantes que menores.

 

Nigeria, una de las fábricas globales de exportación de la industria sexual

El Plan Integral de Lucha contra la Trata de Mujeres y Niñas con Fines de Explotación Sexual de 2015 sobre trata de mujeres en Europa, reveló que la nacionalidad extracomunitaria más numerosa en víctimas de trata con fines de explotación sexual es la nigeriana.

Lydia delicado Moratalla nos cuenta como la militarización que requiere imponer el extractivismo energético por parte de empresas transnacionales en dicho territorio, tiene cuerpo de mujer y afecta directamente a su salud y a sus vidas. Las mujeres de los distintos pueblos que habitan el territorio gobernado por el estado nigeriano sufren actos de violencia como violaciones y palizas por parte del ejército. Esto conlleva la devastación de sus vidas, que sufren infecciones de VIH, embarazos de sus violadores, abortos, fístulas vaginales, estrés postraumático y maternidades no deseadas, como aspectos más destacados que afectan a su salud física y mental. Sin embargo, estas prácticas militares son consecuencia de dećadas de colonialismo iniciado por los británicos hasta llegar a nuestros días, con empresas petroleras como Chevron y las consecuencias medio ambientales y sociales de su actividad en zonas como el Delta del Níger. Un hilo histórico de desposesión de las mujeres en la participación económica y política dentro de sus sociedades.

Neocolonialismo, extractivismo energético y patriarcado

Una de las zonas más castigadas por el saqueo extractivista de empresas transnacionales como Chevron, Shell, Elf o Mobil, es el Delta del Níger. Justo en este territorio se encuentra Benin, una de los centros dónde abunda el negocio de la trata y donde miles de mujeres son utilizadas como mercancía para exportar.

Esperanza Jorge Barbuzano e Inmaculada Antolínez cuentan en una entrevista para el periódico El Salto que “Las mujeres deciden ir a Europa en busca de los beneficios para la supervivencia que otorgan dichos materiales extraídos en su continente. Cuando la situación es extremadamente complicada en origen ellas optan o se ven obligadas a migrar “de cualquier forma” y ahí aparece nuevamente la trata de personas.”

 

La activación del plan de ajuste del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional de 1985 en Nigeria explica parte del empobrecimiento de zonas como el Delta del Níger. La estructura patriarcal explica a su vez la feminización de la pobreza. Por ejemplo, en el estado Edo, las mujeres no tienen acceso a la herencia familiar. La estructura poligámica familiar genera que existan mujeres que no puedan ser abastecidas por la economía familiar y tengan que sobrevivir con sus propios medios en un entorno donde el derecho a permanecer está arrebatado.

Las filtraciones y derrames de crudo llevan años contaminando las aguas y las tierras de cultivo, imposibilitando la supervivencia colectiva y autónoma. Siendo Nigeria uno de los estados que más explotación de reservas de gas tiene, los habitantes del delta del Níger tienen grandes problemas con los altísimos niveles de co2 y la lluvia ácida. Deberíamos sumar la gran deforestación que sufre el territorio debido a factores como la agricultura, las petroleras y la necesidad de la población de a pie ante el poco acceso a los ingentes recursos locales que alberga su hábitat, pero que están privatizados por unas políticas neoliberales de un estado al servicio de los intereses empresariales.

Gracias a fuentes como “Delta en revuelta; piratería y guerrilla contra las multinacionales del petróleo”. Un libro editado por lxs compañerxs de Bardo ediciones en el año 2012, tenemos nociones de que las luchas dentro de Nigeria contra el extractivismo son muy fuertes desde hace años. Los sabotajes, las revueltas y la rebelión armada contra la industria del petróleo es una realidad no necesariamente atravesada por el terrorismo islámico. Medios de comunicación utilizan este recurso mediático cotidianamente. La diversidad cultural del territorio gobernado por el estado Nigeriano conlleva una complejidad que no se puede reducir a conflictos entre cristianos y musulmanes.

La implicación de las comunidades y los pueblos indígenas contra la destrucción del territorio son abundantes. Dentro de estas, las mujeres tienen gran protagonismo. En ocasiones también hay conflictos entre la población por tirar hacia un lado u otro. Por dejarse vender por las promesas de las petroleras o no. En 2020 las luchas contra la violencia policial en Nigeria han tenido una desconfianza importante en torno a las estructuras con liderazgo, debido al miedo a que se corrompan y se dejen vender.

Esta información rompe con los relatos dominantes que polarizan la otredad desconocida y lejana como “malvada” y “monstruosa” o bien, “víctima” y “pasiva”. Una dicotomia mediática rota en mil pedazos por los testimonios de las propias luchadoras y las fuentes antagonistas que desde posturas muy distintas nos aportan entender un poco más la situación.

 

Pasado-presente. Norte-sur. Legalidad-ilegalidad

Muchas de las mujeres que acaban siendo captadas en redes de trata en ciudades como Benin para acabar en Europa, son mujeres menores de 30 años que vienen de los entornos rurales, donde la feminización de la pobreza es fuerte debido a cuestiones que hemos comentado anteriormente. Su motivación obviamente es migrar entre el territorio nigeriano y fuera de éste. Esto es lo que tambien nos dice Patricia Simón, que “las narrativas dominantes omiten que, además de un negocio criminal, la trata es un medio para migrar para muchas mujeres” y en consecuencia, “las mujeres que no se resignan a las condiciones que su contexto les ofrece seguirán buscando vías para hackear el sistema fronterizo: así tengan que recurrir a las redes que crearon las políticas de cierre de fronteras”.

Lydia también realiza una conexión geográfica que relaciona la esclavitud de principios del siglo XVII con la trata de mujeres nigerianas en la actualidad. Existe una coincidencia en el espacio y una continuidad en el tiempo de la esclavitud en la población nigeriana. La mayoría de mujeres nigerianas captadas en redes proviene del estado Edo, el mayor ejemplo de este hecho. A su vez, los principales destinos donde acaban estas personas son estados europeos con responsabilidad directa en los conflictos internos del delta del Niger y/o con un pasado esclavista. Es decir, Inglaterra, Holanda, España etc Una vez aquí, los clientes sostienen las estructuras mafiosas y las cadenas de explotación, que a su vez proliferan ante las políticas migratorias de la legalidad democrática de los estados europeos como el español.

La complicidad de policía de fronteras, embajadas, hoteles, redes clientelares, abogados de extranjería, surtidores de pisos donde no se les deja salir, y clientela directa que se pueden permitir hacer cosas que no les permitirían las trabajadoras sexuales autónomas (sí existe una diferencia obvia entre trata y trabajo sexual. Aunque no es el tema a abordar, conviene señalarlo) como tener relaciones sexuales sin condón, son una parte de toda esa cara socialmente aceptada que no se enmarca en las redes ilegales.

 

En conclusión. Cuando vemos noticias de este tipo sólo podemos pensar que es la lucha contra la inmigración ilegal y la industria punitiva del encarcelamiento las verdaderas beneficiadas, porque las redes de tráfico de personas para la exlotación sexual sigue funcionando en la medida en que el capitalismo global continúa agujereando tierras y cuerpos.

 

 

 

 

1. Recomendamos leer el texto la industria del sexo, los migrantes y la familia europea de la antropóloga Laura María Agustín en la revista libertaria Ekintza Zuzena. Este artículo no habla especificamente del mismo tema, porque no habla sobre la trata, pero sí apunta al profundo desconocimiento que demuestran proyectos, artículos de prensa, campañas etc que guardan un deseo de “salvar” a las mujeres migrantes sin conocer mucho, o conociendo muy poco  sus realidades. Este hecho deriva en que sus discursos sobre lo que les pasa queden invisibilizados, cuando deberían ser el asunto central.