Comunicado con motivo de las actuaciones de Mayumana los días 3 y 4 de marzo en el Palacio de festivales de Cantabria

En carta fechada y entregada el 28 de enero del 2022, en las dependencias del Palacio de Festivales, para el director general de la Sociedad Regional de Educación Cultura y Deporte, solicitábamos la cancelación de las actuaciones del grupo israelí Mayumana, como respuesta a la vulneración de los derechos humanos del pueblo palestino. Hasta la fecha no hemos tenido respuesta, ni los eventos se han suspendido. Parece ser que nuestros responsables políticos solo están comprometidos con la defensa de derechos humanos en los países en los que tienen intereses económicos o políticos. 

El grupo israelí Mayumana se presenta como una compañía multicultural de percusión, danza y teatro y se declara apolítico e intercultural por lo que mantiene un mutismo cómplice con las políticas genocidas del Estado de Apartheid israelí, al tiempo que disfruta de importantes privilegios, en su sede en Jaffa, ciudad palestina ocupada en el 1948 y de la que tuvieron que salir 50.000 de sus 70.000 habitantes y  como afirmó el arzobispo sudafricano Desmond Tutu: «Si eres neutral en situaciones de injusticia has elegido el lado del opresor». 

Por lo tanto, la vinculación de Mayumana con una imagen “amable” del Estado de Israel que lleva décadas vulnerando la legalidad internacional e implantando un estado de apartheid contra el pueblo palestino, es difícilmente discutible. Es imposible desligarle de ese intento de “normalizar” o suavizar la mala imagen que las políticas de los sucesivos gobiernos de Israel han puesto en práctica. Mayumana, intenta ser el “escaparate” de ese otro Israel que plantea venderse como un estado moderno, tolerante y la cada vez menos creíble, única democracia de oriente medio. 

Todo lo que hacen sus artistas es un intento de ocultar las atrocidades en las que se basa la existencia del Estado de Israel; una continua limpieza étnica y apropiación de tierras de la población palestina, acompañada de la judaización del territorio. Para completar su limpieza étnica necesita que el mundo olvide que una vez existió Palestina y con ese objetivo, destruye su patrimonio cultural, impide su desarrollo actual y potencia la creación y difusión de una nueva cultura israelí que sustituya a la Palestina e incluya y reconozca elementos de cualquier parte del mundo…excepto de Palestina. 

Para luchar contra esta situación desde la sociedad civil palestina se crea en 2004 la campaña BDS (boicot, desinversiones y sanciones al Estado de Israel) como única opción posible para ponerla fin: es nuestro derecho y nuestra obligación. Solo el boicot de los pueblos acabó con el apartheid sudafricano y solo un nuevo boicot a los productos económicos, culturales, académicos y deportivos israelís acabará con su sistema de apartheid. 

La respuesta de la sociedad Cantabria, ha sido que las organizaciones de la sociedad civil se han volcado en la denuncia del apartheid israelí. 48 entidades –entre las que se encuentran sindicatos, asociaciones culturales, empresas, movimientos sociales, y partidos políticos, entre otros- se han declarado Espacio Libre de Apartheid Israelí y de manera activa contribuyen a cambiar esta situación. 

Como afirma Illan Pappe, historiador israelí, las personas decentes de este mundo NO pueden apoyar lo que hace y significa Israel. TODOS los sectores de la sociedad israelí deben percibir que la ocupación de Palestina no es ignorada ni vista con indiferencia por la sociedad civil internacional, y que no serán tratados con normalidad mientras perdure. 

Santander, marzo de 2020