Comunicado de CNSV en relación con el ERTE de Sidenor


Las preocupantes noticias que llegan desde hace meses sobre la planta de SIDENOR en Reinosa han puesto a toda la comarca campurriana en un estado de alerta. Son ya muchos meses de noticias sobre ventas, informaciones contradictorias, filtraciones interesadas y promesas incumplidas que ponen en cuestión el futuro de casi 600 trabajadores. Buenas palabras de la nueva dirección e implicación del gobierno... pero preocupación en los trabajadores que ven que la carga de trabajo es escasa y no se dan pasos concretos para garantizar la viabilidad de la planta. Como telón de fondo, siempre la misma letanía de falta de competitividad, deslocalización para abaratar costes y baja demanda del producto que nos hacen creer que lo que ocurra tendrá más que ver con profundas e inmutables leyes económicas que con decisiones políticas y empresariales.
Es una situación ya conocida en esta tierra que ya sufrió hace 30 años las consecuencias de la reconversión industrial, justificada con los mismos criterios económicos y que dejó en la calle a más de 400 trabajadores de la antigua Forjas y Aceros. Y tras ellos, el declive de la ciudad que aún continúa (desde ese año ha perdido casi 4.000 habitantes) y que puede recibir la puntilla si se cumplen las peores expectativas.
Precisamente la experiencia de hace 30 años debería servir para afrontar los retos que se avecinan. Hace tres décadas el discurso que justificaba los despidos y la inviabilidad de la fábrica era el mismo. Las protestas fueron criminalizadas y la represión provocó un muerto, todo ello dirigido por un gobierno del PSOE con dos delincuentes al mando: Barrionuevo como ministro de Interior (condenado por financiar la guerra sucia del estado) y Luis Roldán como director de la Guardia Civil (condenado por corrupción).
Desde entonces, nuestros políticos, en confluencia con la patronal y los sindicatos mayoritarios han esgrimido la denominada “paz social” como un valor de nuestra comunidad, un atractivo para su desarrollo.
Incluso el documento base del Plan Regional de Ordenación del Territorio lo incluye dentro de sus fortalezas.
Pero se trata de un argumento tramposo y falso. Porque mientras se cuestiona la fábrica de Reinosa, el mismo grupo industrial potencia otra factoría en Basauri, en donde salarios más altos y sindicatos más beligerantes no parecen ahuyentar las inversiones.
Solo la movilización y el apoyo de toda la sociedad a la lucha obrera servirán para evitar una sangría constante de industrias y tejido empresarial que nos deje con los servicios como único motor económico. La denominada paz social en realidad encubre la complacencia de los agentes sociales y partidos políticos con la situación de dependencia y postración económica de nuestra comunidad autónoma. No es ningún atractivo empresarial para venir rápido sino un motivo principal para marcharse pronto, sabedores de que nada se altera en esta tierra.
Porque son muchas las luchas pasadas y actuales que demuestran que una sociedad reivindicativa es la mejor garantía para nuestros derechos sociales. Que unos trabajadores concienciados son necesarios para mantener los derechos laborales. Que la movilización y la lucha son imprescindibles para asegurar un futuro mejor.