En memoria de Amparo, seguimos en la lucha… hasta enterrar el vial

En memoria de Amparo, seguimos en la lucha… hasta enterrar el vial

Por tercer año consecutivo nos movilizamos para recordar a Amparo y para mostrar nuestro rechazo al urbanismo depredador del ayuntamiento de Santander y sus cómplices. Hace tres años se llevó a cabo la obra del vial de la S-20, que supuso la expulsión de Amparo de su hogar y posterior fallecimiento. De no haber sido sometida a presiones y chantajes probablemente seguiría hoy con vida. Seguiría en su casa, situada en el lugar que hoy ocupa el faraónico vial. Allí seguiría, tranquila, sentada en su jardín y acompañada de sus animales.

Ninguna de nuestras vecinas se merece el trato inhumano profesado por el ayuntamiento y sus cómplices en los últimos tiempos, tanto a Amparo como a otras muchas personas. Nadie debería recibir la amenaza de ser desahuciado,  expulsado de su hogar y de su barrio. Todo ello para complacer los intereses de unos codiciosos políticos y empresarios.

Aunque el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) de Santander llevé paralizado desde 2016, dando un respiro a aquellas vecinas sobre las que pendía la espada de Damocles de la expulsión, siguen produciéndose injusticias relacionadas con la cuestión del urbanismo y la vivienda: gentrificación, desahucios, miles de casas vacías, especulación, burbuja de alquileres, destrucción de espacios semi-rurales como Monte y Cueto... Muchos motivos por los que pasar a la acción: informarnos de lo que está pasando en nuestros barrios y en los de nuestro entorno, resistir y luchar de forma colectiva, y no tolerar que se lleven a cabo nuevos planes urbanísticos que amenacen nuestras vidas.

El año pasado llevamos a cabo una plantada colectiva de árboles junto al vial para recordar a Amparo. Una acción que pareció incomodar a algunas personas, puesto que al día siguiente todos los árboles habían desparecido. Aunque nos entristeció el destino de aquellos árboles que habían sido plantados con tanto entusiasmo, es una prueba de que al ayuntamiento y sus cómplices les molestó que nos movilizáramos. Por ello, nos complace comunicarles que este año ¡volvemos! Si no nos dejan plantar árboles, enterraremos el vial. Que el hormigón se recubra de tierra, que en la tierra sean depositadas las semillas, que de las semillas broten tallos y hojas, que las hojas alimenten a la raíces y que con ellas se enraicé también nuestra lucha. 

Proponemos:

-Una marcha el sábado 17, a las 12:00, desde la parroquia de Monte hasta el lugar donde vivía Amparo. Cuando lleguemos allí arrojaremos tierra al vial para mostrar nuestra voluntad de “enterrarlo”.

 

¡Ni olvido ni perdón!

¡Amparo vive, la lucha sigue!