La justicia francesa encarcela al activista Enric Duran tras doce años de exilio
El pasado 12 de junio, el activista catalán Enric Duran fue encarcelado de forma preventiva en el centro penitenciario de Osny-Pontoise, a 40 kilómetros de París. Tras tres meses y medio en prisión, los próximos días 27 y 30 de septiembre acudirá a declarar a los tribunales de justicia de Nanterre, acusado de un presunto delito de blanqueo de capitales por supuestamente haber ejecutado intercambios entre el euro y las criptomonedas con una persona que habría logrado el dinero de forma fraudulenta. El activista considera que la justicia francesa está "criminalizando las transacciones de criptomonedas, una actividad legal, pero no regulada".
Según ha explicado su madre a la Directa, Fina Giralt, Enric Duran fue arrestado por la policía francesa a las siete de la tarde del pasado 10 de junio en París, en el alojamiento que había alquilado para dormir, y estuvo dos días en comisaría hasta que le enviaron a prisión. “Seguramente le siguieron hasta su piso. Él dejó de comunicarse con nosotros y al día siguiente supimos que le habían detenido”, afirma Giralt, quien considera que la policía francesa “ha aprovechado que Enric había estado perseguido por la justicia española para cogerlo ahora bajo el pretexto del intercambio de las criptomonedas”. En 2008, Enric Duran generó un intenso debate público al anunciar que había “robado” 492.000 euros a diferentes entidades bancarias, con préstamos que no tenía intención de devolver con el objetivo de promover un debate en torno al modelo financiero capitalista y especulativo y destinar el dinero a fines sociales. El conocido como Robin Bank o el Robin Hood de los bancos fue acusado de un delito de estafa a 39 entidades bancarias y de falsedad documental, causa que fue archivada en 2023 por prescripción del delito.
Según explica Fina Giralt, el usuario con quien Enric Duran intercambió monedas habría cometido un fraude entre el 3 de junio y el 20 de agosto de 2024, por vender productos por internet que después no enviaba a los compradores. El dinero que conseguía de las ventas lo intercambiaba por criptomonedas con varias personas, entre ellas el activista catalán —el único que hasta ahora habría sido detenido en la causa—. Según asegura el propio Duran en un escrito enviado por su familia a los medios, él sólo intercambió monedas entre el 20 de noviembre y el 13 de diciembre de 2023, y del 5 de marzo hasta el 20 de abril de 2024, varios meses antes del período de tiempo en que se habría cometido la estafa de comercio electrónico.
Enric Duran afirma en el escrito que desconocía el origen del dinero, lo que ha intentado demostrar aportando a la causa la conversación que mantuvo con el usuario a través de la plataforma de compra y venta de criptomonedas local Coinswap. “El cliente me mintió diciendo que quería invertir en bitcoin los ingresos de su negocio de comercio electrónico. Las mentiras siguieron de principio a fin”, subraya. Según apunta en la nota de prensa, aunque su abogada, Laura Ben Kemoun, ha aportado una copia de la conversación, la justicia "nunca ha estado interesada en leerla". Y remacha: “Sin mi historial como el Robin Hood de los bancos, no habría pasado estos meses en prisión. Con la experiencia del interrogatorio, alguien puede creer que la policía francesa estaba más interesada en encontrar una razón para inculparme que en la verdad”.
El activista considera que este caso debe servir para denunciar cómo la "justicia francesa está criminalizando el comercio de las criptomonedas". Expone que estos intercambios no están regulados entre personas físicas y microempresas, sólo en caso de medianas y grandes empresas. “Incluso, los grandes bancos desconocen el origen ilícito de los fondos, por tanto, es imposible que una persona individual pueda saberlo”, apostilla.
* Original en Catalá, traducción automatica