Calais frente a la frontera. La editorial Doble Vínculo comienza las presentaciones

Este viernes día 9 de Noviembre y el próximo jueves 15 de Noviembre serán las primeras y próximas presentaciones de la traducción del libro "Calais frente a la frontera" Un conjunto de textos y entrevistas editados y publicados por primera vez por lxs compañerxs de Niet! editions en Francia en el pasado 2017. 

Traducido y reeditado ahora  en castellano por esta pequeña editorial santanderina que lleva como nombre "Doble vínculo" -Publicaciones antiautoritarias desde Santander, viene a colación con la realidad local de esta ciudad, cuya prensa lleva meses generando alarma social por la entrada en el puerto de personas migrantes con intención de colarse en los ferris rumbo a Reino Unido. Una cuestión sobre la que conocer más  tanto en este medio de contrainformación, como en el prólogo de este libro, que reproducimos a continuación;

Prólogo de la  traducción/edición en castellano

En otoño de 2016 se desalojó el “campamento de refugiados” de Calais, la Jungla. Aunque tal acontecimiento, en su momento, fue ampliamente difundido por los medios de comunicación de masas, rápidamente cayó en el olvido, como suele ocurrir con todas las noticias, que son producidas en serie e inmediatamente desechadas a la basura. Con el fin de conservar la memoria de lo que fue e implicó la Jungla, la editorial francesa Niet!éditions publicó en 2017 este libro, Calais, face à la frontière, que recoge una serie de entrevistas y testimonios de personas que pasaron por Calais. Una publicación que nos ha resultado interesante porque, precisamente, no se centra en lo inmediato y en lo espectacular del desalojo de la Jungla, sino que lo contextualiza, narrando y analizando lo que lleva sucediendo en esa frontera desde los años noventa. Se evidencia de ese modo cómo se fue gestando la llamada crisis migratoria –en Calais, que no deja de ser un reflejo de lo que sucede a nivel global– y se comprende por qué desembocó irremediablemente en el desalojo del campamento y el desplazamiento masivo de una población de diez mil personas.

Nuestro interés por este texto nos ha llevado a traducirlo al castellano y a publicarlo. Transmitir y difundir –básicamente entre las personas hispanoparlantes–  lo que pasó en Calais es uno de nuestros principales objetivos, pero no el único. También consideramos importante establecer conexiones entre Calais y esos otros puntos calientes de las rutas migratorias como son las fronteras y tratar de reflejar que, en realidad, no es problemática tan alejada de nuestra cotidianeidad como parece.

Que existen interrelaciones entre las fronteras es evidente, aunque solo sea por los caprichos de la geografía, –el Mediterráneo y el Canal de la Mancha implican obstáculos similares a la hora de cruzarlos, por ejemplo– pero también porque la gestión de esos puntos obedece a unos intereses concretos. En el caso de la Unión Europea existe una política migratoria más o menos uniforme, materializada en sucesivos acuerdos y decisiones (Schegen, Dublín, creación de Frontex, etc.),  de ahí que todo lo que suceda en sus fronteras esté conectado. No es casualidad, por tanto, encontrar las mismas concertinas, vallas, policía y otros dispositivos de control en lugares como Ceuta y Melilla, Calais, la frontera Serbo-húngara o las islas griegas. Unos dispositivos que ya nos indican por dónde van los tiros de dicha política migratoria europea: excluir personas, por un lado, facilitar el flujo de mercancías y capitales, por otro.

Una realidad que nos ha sorprendido incluso a nivel más local, por ejemplo, a nosotras que escribimos desde Santander. Y es que muchas de las personas migrantes que quieren llegar a Gran Bretaña, al volverse más difícil y peligroso el paso por Calais, optan ahora por la ruta alternativa de los puertos del Cantábrico, principalmente los de Bilbao y Santander, desde los que zarpan ferris en dirección a Gran Bretaña, generalmente destinados a los turistas, pero en los cuales consigue colarse de vez en cuando algún pasajero menos privilegiado. Algunos periódicos han llegado incluso a bautizar la capital vizcaína como “el nuevo Calais”, y el gobierno vasco ha decidido construir un muro en torno al puerto de Santurtxi, para tratar de contener el flujo de personas exiliadas. Quizás haya influido en esa decisión el hecho de que la empresa británica Brittany Ferries amenazara con desplazarse a Santander si la cosa no se calmaba. Quién sabe si aquí también acabarán haciendo un muro: una buena forma de seguir modernizando la ciudad, podrían llamarlo “Muro Botín”, y además, ¡crearía empleo! 

Ironías aparte, estos hechos nos muestran la estrecha relación que existe entre unas fronteras y otras, y que algunas las tenemos al alcance de la mano. Nos muestran también que, por muchas trabas que se erigen, sigue el flujo incesante de personas desesperadas por alcanzar determinados países en busca de condiciones de vida un poco más dignas. Mientras no se acabe con sus causas (pobreza, desigualdad, guerras, represión, etc.) seguirá habiendo migración forzada. Poner obstáculos y trabas a esta migración lo único que produce son más muertes y sufrimiento. La decisión de convertir Calais en una fortaleza y de dispersar por todo el territorio francés (y expulsar de él en muchos casos) a quienes estaban en la Jungla solo ha provocado que parte de estas personas se desplacen a otros puntos con acceso a Inglaterra, como los puertos del Cantábrico, o que hayan acabado volviendo a Calais. En el momento en que escribimos este texto, en marzo de 2018, hay cientos de personas intentando acceder al túnel bajo el Canal de la Mancha, viviendo en unas condiciones lamentables y constantemente perseguidas y acosadas por una policía empeñada en evitar el surgimiento de un nuevo campamento. En 2017 se produjeron 3 muertes en Calais, según informaciones de la prensa, por no hablar de las innumerables personas que resultan heridas como consecuencia de los intentos de cruzar la frontera o de las peleas entre migrantes, que compiten entre ellos para conseguir llegar a Inglaterra. Unos acontecimientos que van en la línea de lo sucedido en las últimas décadas en Calais y que muestran que el desalojo de la Jungla, en realidad, no marca un antes y un después, solo una continuación del problema: la existencia de la frontera.

Además de la parte documental o testimonial, este libro tiene un fuerte contenido de denuncia, o militante. Sus editores rechazan cualquier tipo de neutralidad y se posicionan claramente en contra de las fronteras y toda forma de explotación y dominación. En esa línea va la selección de textos recopilados en la parte final del libro. Las propias personas entrevistadas no dudan en transmitir sus pocas simpatías hacia todo el entramado institucional (Estado, ONGs y otras organizaciones caritativas, fuerzas de seguridad públicas y privadas, etc.) que se crea en torno este tipo de situaciones de “emergencia humanitaria” como lo fue Calais en 2016. Unas críticas que compartimos en gran parte. En ese sentido, otro de nuestros propósitos de la publicación del libro es contribuir al debate y a la oposición a las fronteras y al mundo que las hace posibles.

A ese respecto, cabe recordar que en muchos puntos del planeta hay personas arriesgándose por extender la solidaridad contra las fronteras y tejiendo redes de apoyo mutuo entre las personas que se desplazan forzadamente de sus lugares de origen por el capitalismo. Arriesgándose a entrar en conflicto con mafias que las puedan ver como una competencia desleal, arriesgándose a ser detenidas por la policía, denunciadas por sus vecinos o a ser multadas o encarceladas. Hablamos por ejemplo de compañeras de No Border, que son grupos descentralizados y autónomos entre ellos que luchan en distintos lugares por la libertad de la circulación de las personas, pero también hablamos de otras muchas personas y colectivos no tan visibilizados o necesariamente politizados. Nos parece fundamental apoyar y difundir la labor de estas personas. Es imposible nombrarlas todas, pero en el caso de Cantabria destaca en estos momentos Pasaje Seguro con su apoyo a personas sin papeles como Samuel, por poner un ejemplo. También imaginamos que hay muchas personas aportando solidaridad desde el anonimato. Denunciar la relación entre el capitalismo y los movimientos migratorios forzados; luchar contra la existencia de las fronteras y su militarización; apoyar solidariamente a las personas que migran y a las que se encuentran, en nuestros territorios, explotadas y excluidas ; parar los pies a grupos racistas… son muchas las cosas que se pueden hacer al respecto. Esperemos que la lectura de los textos contribuya a intensificar tales luchas y nos anime a participar en ellas.

Este viernes  se presentará en la feria del libro que organiza Cambalache en Oviedo en la edición nº 14 de estas jornadas. https://www.localcambalache.org/?p=9079

 

El próximo Jueves 15 de Noviembre se presentará en el CSO La Lechuza a las 20:00. Será en la primera feria del libro anarquista de Santander y con la presencia de una compañera activista No Border que puede complementar, con su experiencia en Calais, el contenido de este libro. https://encuentrolibroanarquistasantander.noblogs.org/