Marzo 2019

Carmen Badía, presa en la cárcel de Zuera, comienza una huelga de hambre

Carmen Badía es una presa enferma de 62 años, que ha sido diagnosticada de tres cánceres y a la que le han realizado diversas intervenciones quirúrgicas que han hecho que se encuentre en un estado de salud cada vez más preocupante dada su edad. Su reivindicación es la petición de su excarcelación por enfermedad grave recogida en la Instrucción 6/2018 de Instituciones Penitenciaras.

El instante Sísifo (El Santander de toda la vida en 3D)

Que en apenas cincuenta años, esta ciudad, sufriera tal catástrofe urbanística, social y humana, tan dramática, que no alcanzó a ninguna otra, salvo las afectadas por la II Guerra Mundial, ha dejado sin duda, una fractura traumática en la memoria colectiva.

Manifestación en Madrid: No hay democracia sin derecho a decidir

El 16 de marzo en Madrid a las 18:00 hs. Atocha-Cibeles, saldremos a la calle porque decidir no es delito, porque no hay democracia sin derecho a decidir, ¿te sumas?

Esta tercera edición de las jornadas anticarcelarias viene con novedades, la primera es que se realizarán a lo largo de cuatro meses en lugar de en la primera semana de marzo. Marzo, abril, mayo y junio albergarán las convocatorias de denuncia hacia la industria del castigo y de concienciación hacia un mundo en el que las prisiones no tengan cabida. La segunda es que desde la anterior edición los procesos penales abiertos contra las personas que fueron detenidas en las operaciones Pandora y Piñata han sido archivados. La red de apoyo ha dejado de funcionar como tal por lo que ya no están entre las organizadoras. Aún siendo un alivio y una alegría tener a nuestras compañeras libres de condenas, la represión produjo daños irreparables ¿Quién asume las responsabilidades de los meses pasados en aislamiento dentro de las celdas del estado? ¿del dolor y las secuelas causadas a familiares y afines? ¿y de la negligencia policial?. La tercera y última novedad es la incorporación a la organización de Kaxilda, un espacio que es una tierra de nadie en el centro de Donostia y de HENAS (Hermanas Entalegadas No Andáis Solas) grupo de apoyo a presas y presos de Santander.

Abrimos las jornadas con la presentación de la autobiografía de Manuel Martínez. Un libro gestado desde el cuidado mutuo entre Manolo (COPEL) y Edu (Cambalache), donde la memoria hecha voz y su transmisión hecha escritura se funden en una lucha común. 

La vida de Manuel Martínez (Madrid, 1951) puede leerse como la historia subterránea de toda una generación de inadaptados sociales; jóvenes de barrio que se enfrentaron a una maquinaria represiva que no se detuvo con la muerte del dictador. Su peripecia vital puede leerse como una contrahistoria de la España —de esa España salvaje— de la segunda mitad del siglo xx, que pasó del tardofranquismo a una democracia de consumidores.
Manuel entrará en el talego como un chorizo, como un quinqui de barrio, como uno más de los miles que sufrieron la aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes —más tarde de Peligrosidad Social—, y saldrá de prisión convertido en un expropiador.

Las presentaciones tendrán lugar los días:

Jueves 14 de marzo a las 20.30h en la Librería La Libre, c/ Rampa de Sotileza nº1. Santander

Viernes 15 de marzo a las 20.00h en el Local Cambalache, c/ Martínez Vigil nº30 bajo. Oviedo

Lunes 6 de mayo a las 17.30h en Kaxilda, Arroka Kalea nº2 bajo. Donosti

 

La pena de la justicia

“…La prisión es realmente el pequeño secreto sucio de la sociedad, la clave, y no el margen, de las relaciones sociales más presentables. Lo que se concentra aquí en un todo compacto no es un montón de bárbarxs asalvajadxs como les gusta hacernos creer, sino más bien el conjunto de disciplinas que afuera tejen la existencia llamada “normal”. Vigilantes, comedor, partidos de fútbol en el patio, horarios, separaciones, camaradería, peleas, fealdad de las arquitecturas: es necesario haber estado en prisión para tomar la medida plena de lo que la escuela, la inocente escuela, contiene, por ejemplo, de carcelario.

Considerado desde este ángulo inexpugnable, no es la prisión la que sería una guarida para lxs fracasadxs de la sociedad, sino la sociedad presente la que parece una prisión fracasada. La misma organización de la separación, la misma administración de la miseria por el chocolate [hachís], la tele, el deporte y el porno, reina en todas partes con menos método. Para terminar, los muros elevados sólo esconden a las miradas esta verdad de una banalidad explosiva: las vidas y los espíritus son exactamente iguales a ambos lados de las alambradas y a causa de ellas. Si se busca con tanta avidez los testimonios “del interior” que expondrían al fin los secretos que la prisión esconde, es para ocultar mejor el secreto de lo que es: el de la servidumbre de lxs que se consideran libres mientras su amenaza pesa invisiblemente sobre cada uno de sus gestos.

Toda la indignación virtuosa que rodea la negrura de las celdas y sus reiterados suicidios, toda la grosera contra-propaganda de la administración penitenciaria que pone en escena para las cámaras a lxs carcelerxs devotos del bienestar de la persona detenida y a los directores de prisiones preocupados por el «sentido de la pena». Resumiendo: todo este debate sobre el horror del encarcelamiento y la necesaria humanización de la detención es viejo como la prisión. Incluso forma parte de su eficacia, ya que permite combinar el terror que debe inspirar con su estatus hipócrita de castigo “civilizado”. El pequeño sistema de espionaje, de humillación y de estragos que el sistema dispone en torno a la detenida de manera fanática, ni siquiera es escandaloso. Cada día el Estado lo paga con creces en sus suburbios y sin duda sólo es el principio: la venganza es la higiene de la plebe.

Pero la impostura más notable del sistema judicial-penitenciario consiste ciertamente en pretender que está ahí para castigar a lxs criminales cuando no hace sino gestionar las ilegalidades. Cualquier patrón, cualquier presidente, cualquier juez/a, cualquier carcelerx, cualquier poli sabe que las ilegalidades son necesarias para ejercer correctamente su oficio. El caos de las leyes es hoy tal, que se trata de no respetarlas demasiado, y en cuanto a los estupefacientes, se trata de regular sólo el tráfico y no de reprimirlo, lo que sería social y políticamente suicida.

La división no es entre legal e ilegal, como pretende la ficción judicial, entre inocentes y criminales, sino entre los criminales que se cree oportuno perseguir y los que se deja en paz como requiere la policía general de la sociedad. La raza de los inocentes hace tiempo que se extinguió y no es la pena a lo que condena la justicia: la pena es la justicia misma”.

La rebelión contra la psiquiatría y el patriarcado

Detrás de nuestra lucha, debe existir una postura que abogue por una revolución social, cultural y despatologizante, que no pierda de vista que, antes de ello, cada loca que quiera liberarse de sus cadenas debe conspirar y actuar en cada movimiento y acción de lucha contra la explotación, opresión y dominación del panóptico.

Corrupción y encubrimiento en la prisión de Brians II

La justicia a eso le llama “reinserción social”. Yo le llamo, que me han robado, destruido y arruinado la vida…

Servicios mínimos abusivos durante la huelga feminista el 8M

El sindicato recuerda que “en España los servicios mínimos se rigen por una regla preconstitucional —Decreto Ley 17/1977— y es la Administración quien tiene la última palabra, dándose el absurdo de tener que negociar con un árbitro que es también parte”.

Percumozas

«Frente al patriarcado que nos separa necesitamos fortalecer vínculos, formar tribu, compartiendo, cuidándonos. Creemos que la música no es un espejo para reflejar la realidad sino una herramienta para transformarla»

Colectiva La Ruda

«Somos feministas, críticas con el binarismo tradicional: existen muchos tipos de identidades y reforzamos siempre que podemos los debates en torno a las diversidades»

A la huelga 10, a la huelga 100, a la huelga 1000, ... hasta la madre quiere ir,  yo por ellas madre y ellas por mi.

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