Seis años luchando por recuperar a Walter

Desde la Marea Turquesa señalan que hay miles de familias a las que la Administración les ha arrebatado a sus hijos, en muchos casos por causas relacionadas con la pobreza.

“Cuando un niño es expropiado, su tiempo, sus expectativas de futuro, el tiempo y el futuro de sus padres son colonizados por un ejército de profesionales y voluntarios subvencionados”, explica el filósofo y pedagogo Enrique Martínez Reguera. Esto es lo que le ha pasado a la familia de Ferdinand Kome y Monike Mabakong, a quienes el Servicio de Protección del Menor del Gobierno de Cantabria arrebató su hijo, Walter, cuando contaba seis años de edad, en 2009 y que, desde entonces, siguen luchando para recuperarlo.

El caso de Walter ha sido retratado por Enrique Martínez Reguera en el libro Por si llegas a leernos, querido Walter, que fue presentado el pasado domingo en la parroquia San Carlos Borromeo, en el barrio de Entrevías, en Madrid. La cita, a la que asistió Ferdinand y miembros de la plataforma Marea Turquesa, de familias afectadas por la Ley de Protección Jurídica del Menor, sirvió para poner sobre la mesa el drama que sufren miles de familias a las que la Administración les ha quitado a su hijos, en algunos casos como respuesta a las sospechas de maltrato, pero en otros muchos por la situación de vulnerabilidad de la familia.

“En el 90% de los casos que tenemos, son familias vulnerables, sobre todo económicamente, o víctimas de violencia de género. Cuando van a pedir ayuda a los Servicios Sociales, en vez de ayudar, les quitan a los menores”, explicaban desde la Marea Turquesa en un artículo publicado en este periódico en octubre. En el caso de las familias que se enfrentan a un desahucio, desde esta plataforma apuntan que, si nadie les acoge, “en 24 horas les retiran a sus hijos”.

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En el caso de Ferdinand y Monike, la razón que llevó a la Administración cántabra a quitarles a su hijo Walter fue la sospecha de maltrato después de que, en el mismo año, le llevaran varias veces al hospital. “Hasta ahí, la Administración hizo lo que tenía que hacer, pero después fue todo un despropósito”, explica Martínez Reguera. La pérdida de la custodia de su hijo fue acompañada de una causa penal que terminó en absolución después de que el juzgado comprobara que no había maltrato en esta familia. Sin embargo, esto no se tradujo en la recuperación de Walter, que pasó de un centro de menores a ser dado en adopción a una familia, sin contar antes con la familia extensa del menor –sus abuelos reclamaron su custodia en varias ocasiones–, a pesar de que así lo dicta la legislación autonómica, estatal e internacional sobre derechos de la infancia. “Lo último que nos han dicho desde la Administración es que, habiendo pasado tantos años, es mejor para Walter que se quede con la familia adoptiva”, lamenta Ferdinand. Actualmente Walter tiene ya 12 años, y sus padres no han conseguido verle desde que cumplió nueve.

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“Sospechamos que la familia adoptiva no sabe nada”, explica Martínez Reguera. “Las comunidades autónomas suelen evitan el enfrentamiento y la comunicación entre las familias biológicas y adoptivas, cuentan horrores de la familia biológica”, continúa.

Transacciones de niños

Durante la transición, la custodia de los menores en desamparo era una transacción “que se realizaba a través de las monjitas”, explica Martínez Reguera en alusión también a los miles de casos de niños robados durante el régimen franquista y los primeros años de la democracia, apuntando que “en España nunca ha habido más tráfico de niños que en los años 80 y 90”. “Ahora, el remedio ha sido mucho peor”, continúa el pedagogo.

Martínez Reguera apunta como culpable a la Ley de Protección del Menor. “Llevamos 40 años comprobando que se está cargando las relaciones humanas”. El filósofo explica que, con esta ley, la Administración, en vez de dar apoyo a las familias, les impone un ejército de técnicos y burócratas. “Los derechos del menor se pierden en todos estos vericuetos”, explica.

Desde la Marea Turquesa han convocado concentraciones en la plaza del Sol durante los días 17, 18 y 19 de diciembre.