Sobre el fracaso

Lo siento, no eres un ganador.

El fracaso es un gran desastre en una escala individual. Sufrido conscientemente, nos puede permitir aprender a diferenciar lo que es realmente importante para nosotros y lo que no lo es. Puede generar en nosotros una reflexión capaz de hacernos continuar o cambiar de estrategias y rumbos, nuevos rumbos que necesitamos con urgencia. Una sociedad obsesionada con el éxito como la nuestra, tiene mucho que aprender de los denonimados perdedores.

Un fracaso real, trágico y devastador, es una prueba que has llegado más allá de ti mismo, que estas empujando tus limites y los limites del mundo. Aquí estamos hablando de fracasar bajo la experiencia de darlo todo, alguien que no se las juega al máximo no puede saber lo que es una victoria o una derrota. En todo caso esto puede ser relativo, cuando una persona no está evaluando sus propias acciones según algún patrón de éxito son los demás los que juzgan según sus estándares.

Si quieres utilizarte como un objeto y someterte a una prueba, intenta fracasar en algo. Luchar para ser exitoso puede ser cansador, pero ser un fracasado a propósito puede demandar mucha mas energía. Intenta una tarea imposible, algo que todos piensen que es estúpido y sin sentido – te sorprenderá lo difícil que es exiliarse del mundo, y que nadie pueda darle sentido a lo que estas haciendo. Estar dispuesto a fallar sin miedo antes que otros es una de las habilidades más necesarias y difíciles de aprender, y saber fracasar frente a nosotros mismos sin sentir vergüenza es aun más difícil.

Estar dispuesto y listo para fracasar es un prerrequisito necesario para poder hacer algo genial, importante. Orgullo, conciencia de uno mismo, inseguridad, cobardía, son las cualidades que nos piden tener solo logros y logros uno tras uno; y son las mismas cualidades que nos impiden tener absoluta libertad a la hora de actuar y emprender algo que pueda alcanzar una meta digna. Los artistas por ejemplo, deben estar preparados para abandonar todo lo que han aprendido y empezar a fallar de nuevo, y repetir este proceso una y otra vez, si se quiere evitar el estancamiento. El miedo al fracaso no te permite lograr nada, ni siquiera te permite fracasar.

En todo caso, ser tan exitoso te hace débil al fin y al cabo. El éxito no te permite saber cuanto eres capaz de resistir, como te desenvuelves en un estado de desastre, o que es lo que realmente te motiva en primer lugar. El fracaso para aquel que se sabe a si mismo como un ganador, es lo peor que le puede pasar. Pero una persona ya con experiencia en cosas desafortunadas, decepcionantes, es menos probable que le tenga tanto miedo a fallar, si esa persona aún no se ha dado por vencida, se hace mas fuerte. Fracasa una vez, y sentirás que es el fin del mundo, sobrevive al final del mundo un par de veces, y aprenderás que tú eres más resistente que esas realidades destruidas.

Algunos pasan años, vidas enteras, generaciones completas en el fracaso y la decepción. Saben exactamente cuanta pobreza y humillaciones pueden soportar, tienen mucha practica. No son fácilmente intimidables;  no tienen nada que perder. Continúan con una paciencia que es inconcebible para una celebridad, o un atleta. Y así como el vagabundo que saluda al amanecer,  con su voluntad de seguir viviendo intacta luego de caminar toda una noche buscando maneras de evitar morir de frío, nuestros fracasos nos pueden enseñar mucho mejor que cualquier cátedra, que tomar riesgos es necesario para trabajar en algo que pueda llegar a ser milagroso.

En este mundo al revés, en donde la estrechez se cubre con una mascara de felicidad y verdad, la falsedad se esconde detrás del Éxito, con E mayúscula. Es importante saber que hay peleas que no vale la pena pelear, a las que no hay que darles ni tiempo ni esfuerzo, algunas de estas victorias son mas humillantes que cualquier derrota, y algunas decepciones son triunfos disfrazados. Como cuando te ascienden y te dan mas trabajo, y pierdes el tiempo que tenías para estar con tus seres queridos, quizás hubiese mejor haber seguido igual que antes, después de todo.

Las resoluciones adversas tienen algo que ofrecer, incluso cuando es experimentado por alguien que desea el supuesto éxito, puede ser un estado inicial a una transformación, una especie de instancia de reflexión. Al revisar lo sucedido luego de sufrir una derrota, con calma, podemos ver realmente si nos sentimos victoriosos o un fracasados, leer lo sucedido con nuevos valores, valores propios que se ajusten a lo que realmente queremos, a lo que realmente somos. Cuando pasa esto, podemos redefinir lo que es una victoria y lo que es un fracaso por nosotros mismos, entonces ya no estaremos ocupados intentando ser exitosos según parámetros ajenos. Dejamos de tener las manos atadas.

Fracasar te da empatía, de cierta manera es imposible comprender a un grupo de personas que pierde una y otra vez la mismas batallas, si tu no te haz derrumbado antes. Nuestra civilización es una civilización de perdedores, los estándares que han diseñado para nosotros son imposibles de alcanzar, nunca seremos ni tan bellos ni tan perfectos, como  supuestamente deberíamos ser. Este es un secreto digno de ser compartido, es el secreto de nuestra sociedad, ninguno, pero ninguno de nosotros, es un ganador. Mientras mas nos esforzamos para cumplir con estos estándares, mas rápido se alejan de nosotros. Es por esto que las modelos son mas inseguras con sus cuerpos de lo que somos nosotros con nuestros cuerpos, o que los millonarios acostumbren a leer libros sobre como seguir invirtiendo. Si en todo caso fuéramos tan exitosos y felices, ¿a que se deben las alzas de descontento? Incluso Madonna, que vendría a estar en la punta de la pirámide social de las celebridades, tiene algo en común con nosotros, ella no es realmente madonna, no es la caricatura de 2 dimensiones súper excitante que vemos a través de los medios. Al final del día, las líneas de su cara desaparecen y aparece la duda, ella también se acuesta a ver televisión y debe sentir como su corazón cae al ver a esta diosa a través de este paraíso digital. De hecho, ella es peor que el resto de nosotros, y no solo por que ella en realidad no es madonna, sino por que ella no es nada mas aparte de eso – Acéptalo, nunca vas a parecerte a las modelos de las revistas, sin importar cuanto crema para piel o para la celulitis te pongas. Aparte es absurdo, es imposible verse a si sin un grupo de profesionales detrás de cámara. Cuando te des cuenta de este fracaso, estarás libre para poder convertir en una persona que busca otras cosas, en algo mas.

Ni siquiera es un tema de recursos, el fracaso es evaluarse bajo los parámetros distantes y atroces bajo los cuales nos evaluan.

Hoy, el valor de competir es muy importante, no hacerlo te convierte en un fracasado. Alguien que no esta dirigiendo su vida bajo los parámetros mas ambiciosos, deja de ser deseable, toda búsqueda no económica, se asocia con ingenuidad e inocencia. Apenas aparezca un grupo de auto proclamados fracasados, buscando la felicidad, haciendo una catástrofe disfrutable de sus vidas, la fiesta se animará.

El orgullo siempre nos va a mantener en situaciones de no victoria, insistiendo que somos felices y que todo va acorde a lo planeado, luchando para que nuestros planes funcionen de alguna manera. Esto ni siquiera es una tragedia, es solo estupidez. Somos lo suficientemente buenos para merecer ser felices, por una vez, independiente de si eso lo llamarán ganar o perder. Suficiente de ser exitosos fracasados, busca de una vez por toda el éxito en nuestros fracasos.

Los perfectos, los bellos, los correctos, los justos, los nobles, los que nunca lloran en público, los que no hacen nada en privado que los pueda avergonzar, los normales, los sanos, los que siempre tienen planes a futuro, los contentos, los felices, los que trabajan duro y obtienen los beneficios, que se cepillan y enjuagan después de cada comida, los que están bien ajustados, los populares, los que nunca se desaniman, los niños chicos que si crecen para ser presidentes, los suertudos, los que tienen una piel perfecta y dientes perfectos y cuerpos perfectos, los que tienen lo que quieren y quieren lo que tienen, ellos, ellos no existen, y los que posan como si fueran ellos están mas cagados que tu.

Yo creo que fracasamos por que somos incapaces de imaginarnos ganando. Asumir una derrota antes de dar una buena pelea, sumergirse en el llanto estilizado de la nostalgia, es exactamente lo opuesto a darlo todo y perder, es una farsa no una tragedia.

Y todos los grupos que dicen que quieren cambios radicales pero que detienen al primero que intenta hacerlos, creo que es por que no quieren ganar, por que ellos se dedican a ser unos fracasados, no se atreven a tomar el riesgo, para ellos nunca es el tiempo correcto para actuar. Sus manos se mantienen limpias.

Las personas, si realmente lo intentan, pueden lograr hacer realidad sus sueños, incluso los que parecen ser imposibles. Pero también puede pasar que nunca los logren. Y no hay nada que nos aterrorice mas, que ser esa persona, la que se hace responsable, la que lo intenta y falla, la que a pesar de dedicarle todo su esfuerzo y tiempo a un proyecto no es capaz de conseguirlo.

Pero, si la realización de un sueño es imposible, estamos libres de esta terrible responsabilidad: muchas personas encuentran una salida fácil al pensar que todo lo que quieren es imposible de conseguir, ahorrándose el terror de lidiar con la idea de que si es posible.

Y una vez que alguien decide que lo que quiere es imposible,  comienza a dirigir su vida bajo esta premisa, que necesita desesperadamente que sea verdad, de lo contrario, seria un tonto que han decidido desperdiciar su vida, para dedicarse a lograr las metas de otros, para tener una vida en si mas segura e insignificante. Y cuando surjan sospechas de que quizás lo que realmente le gustaría hacer su vida no es tan imposible (pero si muy difícil), es muy probable que a nivel inconsciente intente convencerse de que si lo es, y que también haga cosas que hagan que esta idea de lo imposible sea realidad. Imagínate eso, 6 billones de personas, sociedades enteras trabajando como empleados haciendo que sus sueños estén cada vez más lejos de su alcance. ¡Eso sí que requiere trabajo!  Y es probable que los sueños de la mayoría tampoco sean tan difíciles o complejos si se buscaran en conjunto.

Falla en las tareas en las que mas te da miedo fallar, sin tenerle miedo al futuro. Experiencias como éstas nos definen y fortalecen. A las finales, liberarse no es un asunto de fracasos o éxitos, si no de ser capaces de darnos cuenta de lo limitada que es nuestra forma binaria de pensar. Se nos evalúa tanto desde niños que adoptamos esta manera de ver la realidad, y siempre estamos evaluando, a nosotros y a todo lo que nos rodea.

¿No sería dejar de evaluar un triunfo más dulce que cualquier victoria?