Libres critica la “imposición” de políticas urbanas y la “expulsión” ciudadana

 

 

Libres, la Asamblea cántabra en defensa de las libertades y contra la represión, ha criticado la “imposición” en Santander de políticas urbanas “antisociales” y los intentos de “expulsión” de ciudadanos del espacio público por intereses especulativos.

Lo han hecho a raíz del acto que tuvieron este sábado en La Vorágine con activistas vecinales del barrio burgalés de Gamonal, que fue noticia hace un par de años por las protestas contra un costoso proyecto de infraestructura que no veían necesario.

El barrio santanderino de El Pilón lucha contra su proceso de gentrificación

Los pasados meses de marzo y abril se celebró un juicio contra 12 jóvenes, acusados de los delitos de desórdenes públicos y atentados contra agentes de la autoridad y a los que se les pide penas de dos años y medio de cárcel y 24.000 euros de multa, para quienes Libres reclama la absolución, al entender que se basa en inexistentes y contradictorias pruebas policiales”.

Para ellos, este juicio “supone un nuevo intento de imponer una condena ejemplarizante con objeto de criminalizar la protesta social contra los abusos políticos”.

Y es ahí donde conectan la cercana Burgos y Santander: como en Gamonal asistimos también hoy en Santander a la imposición de políticas urbanas antisociales mediante los intentos de expulsión violenta de los ciudadanos del espacio público en aras de la especulación sistemática y la privatización”.

Pero también se refieren a la “criminalización de sus protestas”, en este caso bajo el argumento de “elementos subversivos exteriores infiltrados” o ridiculizándolas con la denominación despectiva de “plataformitis”, como hizo el exalcalde de Santander, hoy ministro de Fomento, Íñigo de la Serna con los colectivos que surgieron en la ciudad a raíz de la expropiación de la finca de la fallecida Amparo Pérez.

Así que Libres reivindica “el derecho a disfrutar de los espacios públicos en el sentido amplio y participar democráticamente en las decisiones que afectan a los mismos” y defiende que “protestar contra su apropiación mercantil y especulativa de ninguna manera puede ser un delito”.

DEBATE SOBRE LA REMONTA

El último ejemplo de reivindicación de más participación en el diseño de ciudad en Santander –que se sucede a casos como los del Prado San Roque y El Pilón o el frustrado proyecto de la senda costera, todo en una ciudad que tiene un Plan General anulado- se está dando en La Remonta.

Parque de La Remonta

Allí se ha abierto recientemente, en unas obras a cargo de Teginser –empresa heredera de los anteriores propietarios del Racing– en la antigua finca militar un parque, criticado por el poco protagonismo que se ha dado a los elementos naturales frente al cemento, pero la principal duda sigue siendo si, en una ciudad que pierde población año tras año, se construirán las viviendas protegidas que estaban proyectados.

Para analizar todos estos factores habrá este viernes un debate, organizado por la asociación de vecinos San Joaquín, será a las 20.00 horas en los locales parroquiales de Campogiro (uno de los barrios, por cierto, adonde fueron a pasar los expulsados del incendio de Santander del 41, uno de los primeros casos de gentrificación a gran escala).

El acto estará presentado y moderado por Concejo Abierto de Santander, el movimiento que agrupa a las distintas plataformas vecinales y sociales de la capital cántabra.

E intervendrán Jesús Molinero, arquitecto y urbanista, miembro de DEBA (la plataforma en Defensa de la Bahía de Santander), y Carlos García, activista de la asociación ecologista ARCA (la organización cuyo recurso llevó a la anulación del Plan General de Santander por su deficiente planificación del abastecimiento de agua, anulada por l Audiencia Nacional en una sentencia conocida por el Ayuntamiento antes de la redacción de este instrumento urbanístico).

DEL INCENDIO AL TURISMO

En esa línea de debatir sobre el urbanismo y sus consecuencias se enmarca la campaña ‘Incendioturismo’, que relaciona la expulsión de santanderinos del centro a raíz del incendio de 1941 en favor de las nuevas clases dominantes del franquismo con la expulsión de vecinos hoy en día como consecuencia del turismo y de fenómenos como los pisos turísticos, que en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia están generando una gentrificación (turistificación), es decir, la expulsión de vecinos ante el incremento de los precios de los alquileres por modalidades como Air BNB.

La campaña consta de carteles didácticos por las calles, y también de actividades que puede organizar cualquier interesado. Así, este jueves, a las 19.30 horas, se proyectará en La Vorágine el documental ‘La féte est finie’ (Se acabó la fiesta) del realizador Nicolas Burlaud. La película analiza las consecuencias que tuvo para Marsella la capitalidad europea de la culturaen 2013, y le seguirá un debate sobre el modelo de ciudad que se quiere.

NOMBRES DE CALLES

En la misma línea de reivindicación de más participación vecinal en las propuestas que les afectan, la FECAV (Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos) mostraba su apoyo a la propuesta de la asociación de vecinos Los Arenales (zona Castilla-Hermida, la primera entidad vecinal a la que llegaron representantes de la criticada ‘plataformitis’, que llegaría luego al Cueto de la senda costera) de someter a votación ciudadana los nuevos nombres de las calles franquistas de la zona que deberán cambiar por la Ley de Memoria Histórica.

“Los vecinos son los que tienen que poner los nombres a sus calles, y el Ayuntamiento solamente tiene que hacer cumplir lo que piden los vecinos, por eso pedimos al Ayuntamiento de Santander, haga caso a esos vecinos que consideran que esos nombres son suyos, y no impuestos por nadie”, sostienen en la FECAV.