Crece exponencialmente el interés por aprender cántabru

Los más de 40 alumnos inscritos en la actual edición del curso son la mejor prueba del creciente interés que despierta el patrimonio lingüístico cántabro en la sociedad. Alumnos de diversas edades, orígenes y motivaciones, se reúnen los martes a partir de las 20:30 h. en la librería La Libre de Sanander “para conocer los rasgos gramaticales, fonéticos y lexicológicos que debimos heredar de nuestros mayores y aprender en la escuela, pero que sin embargo se empeñan en ocultarnos, negarnos o ‘corregirnos’”, señala Diegu San Gabriel, de la Asociación Cultural L’Argayu.

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La negación que sufría el patrimonio lingüístico cántabro hace años tocó fondo, y al calor de la unión de las distintias asociaciones culturales que conformaron la Plataforma Esclave, la publicación de un manifiesto y los apoyos recibidos, han ido creciendo iniciativas rigurosas de estudio, dignificación y difusión de este patrimonio, que parecía el “patito feo” en una tierra que tanto valora su paisaje o su folclore. En los últimos años buena parte de los cántabros han aprendido a valorar su patrimonio lingüístico, se han publicado diccionarios, tesis, mapas, cartelería, se han organizado cursos, grupos de hablantes, se hace música… Este hecho sin embargo contrasta con el trato que sufre por parte de las instituciones, que mantienen “en una denigrante situación de ninguneo” una lengua declarada “en grave peligro de desaparición” por la UNESCO, denuncia Raúl Molleda de la Asociación Cultural L’Argayu, que viene organizando este cursu de cántabru.
Pero la lengua “depende en última instancia de sus hablantes, y mientras siga habiendo gente orgullosa en los valles y jóvenes curiosos en las ciudades, seguirá habiendo esperanza”, concluyen desde L’Argayu.
Fuente: Proyeutu Deprendi