Dificultades para el estudio de la Noviolencia

Capítulo 2 de “Breve historia de la Noviolencia”, Jesús Castañar Pérez
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El profundo desconocimiento de la historia y contenidos de las teorías de la acción noviolenta es, por tanto, un importante factor que impide muchas veces la elección de políticas noviolentas o el implemento de éstas de forma errónea o cuando menos mejorable. Este texto pretende ayudar a todas esas personas que se ven a sí mismas como activistas para transformar el mundo y para que puedan saber mejor donde encontrar el repertorio de técnicas de acción que se adapte mejor a su lucha particular. El objetivo de estas líneas será por tanto hacer un breve resumen histórico para que podamos comprender rápidamente cómo y cuando se formaron las diferentes teorías de la acción política noviolenta y, de este modo, poder diferenciar unas perspectivas de otra. El propósito final, por su puesto, parte de la idea de que con el conocimiento de la historia de la noviolencia y de sus principales teorías podamos estar más preparados para saber buscar las técnicas que nos puedan ser útiles en nuestro propio caminar político, independientemente de que seamos personas religiosas o ateas, o aspiremos a una fuerza moral perfecta o tan sólo a cambiar una parcela de injusticia de nuestro mundo. Así pues, para empezar a adentrarnos en las diferentes perspectivas con que se ha mirado y se mira la acción noviolenta, vamos a empezar por aclarar un poco lo que vamos a entender por acción noviolenta, y las diferentes visiones que hay de la misma.
El caso es que acercarse al estudio de la noviolencia siempre supone hacer cara a un complejo problema en laacotación del término derivado de las múltiples corrientes existentes dentro de los teóricos y movimientos, así como una expansión informal de sus ideas mediante talleres y entrenamientos en la acción noviolenta. Esto nos lleva a un mundo en el cual no sólo cada teórico maneja un concepto propio de lo que considera noviolencia (y una grafía del mismo), sino que cada colectivo político, y, en definitiva, cada activista, maneja una idea propia. Así, no es difícil encontrarnos con entrenadores/as que realizan talleres sobre acción directa noviolenta presentando ideas de pensadores de diferentes corrientes teóricas que, a veces, incluso les son desconocidos, o grupos religiosos que asimilan las doctrinas de la noviolencia, pero que no aplican su versión política revolucionaria, o activistas que no se reconocen noviolentos, pero que emplean sistematicamente la noviolencia en todas sus acciones.
La primera dificultad que hay que superar, sin duda, es la escritura misma del concepto, pues se nos ofrecen tres opciones que pueden dar matices totalmente diferentes a la misma idea: no violencia, no-violencia y noviolencia. Desgraciadamente no es cierto que cada grafía se corresponda con una corriente distinta y a veces hemos de sospechar de la presencia de la mano del traductor para adaptar un término a su propia concepción del asunto, como muestra el caso de que término "non-violence" usado por el francés Jean Marie Muller haya sido a veces traducido como "no violencia" y otras como "noviolencia", ambas sin respetar la grafía original con guión3.
En realidad el concepto de noviolencia es una traducción literal del concepto en sánscrito “ahimsa” (“a” como partícula negativa y “himsa” como violencia, es decir, fuerza que causa daño4).
Este concepto, fundamental en la religión jainista y muy importante en la budista, fue introducido en Occidente por Mohandas Gandhi para conectar la filosofía religiosa con sus necesidades políticas revolucionarias, al igual que había hecho su maestro Leo Tolstoi al vincular su pacifismo cristiano con una acción revolucionaria sin violencia. A pesar de que en hindi se escribiera junto, al traducir al inglés el concepto de ahimsa Gandhi optó por la grafía "non-violence"5 y es ésta por la que siguen optando buena parte de sus seguidores. Por otro lado, han sido las personas del ámbito activista las que han optado por una distinción en cuanto a la grafía6, prefiriendo escribir la palabra junta, tal y como hacía Sharp, para señalar un concepto estrictamente sociopolítico para distanciarse de la idea de negación de la violencia en otros niveles más amplios que el de la acción política. Recientemente, Pere Ortega y Alejandro Pozo propusieron utilizar noviolencia para la corriente ética (que nosotros hemos denominado holística) y no-violencia para la pragmática7, pasando por alto que fue el propio Sharp, el máximo exponente de la corriente pragmática, el que popularizó la grafía noviolencia (escrito junto) y, como veremos más adelante, la existencia de distintos niveles en los que ya se ha asumido que la noviolencia (escrito junto) hace referencia no a una corriente pragmática, sino más bien a un nivel político.
Dado que lo que nos interesa es el estudio de la acción política noviolenta utilizaremos la grafía de Sharp por ser la más usual en la literatura política.
Volvamos otra vez al punto de vista de una filosofía de la noviolencia holísitica, para la cual la condena de la violencia necesita que se vea acompañada de un comportamiento en consonancia en todos los órdenes de la vida. En este contexto el viejo activista israelí Amos Gvirtz ha identificado totalmente la ideología del pacifismo con la noviolencia en un panfleto inédito pero de gran difusión entre el movimiento pacifista.
"Cada ideología tiene un valor central al cual aspiran los que la apoyan. Los socialistas aspiran a la igualdad económica entre todos los seres humanos. Los comunistas aspiran a colectivizar medios de producción y a la igualdad. Los liberales aspiran a igualdad ante la ley y capitalistas a una economía de libre competencia. Los anarquistas aspiran a eliminar el control de una persona sobre otra etc. Para el pacifismo, el valor supremo es la vida humana, a la que consideran sagrada.
De esto se sigue que los requisitos de comportamiento han de ser no atacar a la vida humana, o en otras palabras, evitar el uso de la violencia física. El pacifismo requiere el imperativo de no usar la violencia: uno no debe asesinar, matar, robar, violar o coaccionar mediante la fuerza. Todos estos son requerimientos morales básicos. Esta es la diferencia básica entre el pacifismo y la mayoría de las otras ideologías. Esta ideología es similar al vegetarianismo en que necesita requisitos de comportamiento sobre lo que pregona. Un vegetariano que coma carne deja de ser vegetariano. Así es el pacifismo: si uno es llevado a usar la violencia, deja de ser pacifista”.8
Como se puede observar, esta visión del pacifismo entroncaría directamente con la corriente holísitica de la noviolencia y vincularía el pacifismo con el rechazo al uso de la violencia.
Esto en realidad es muy diferente a vincularlo con el uso de la noviolencia, y no implica que el uso de la noviolencia te convierta en pacifista, sino solamente que el uso de la violencia te impide ser pacifista. Gvirtz se limita a definir el pacifismo conforme a unos postulados éticos de rechazo a la violencia, lo que también evitaría la confusión con esas formas perversas de pacifismo que justifican una guerra, pero que lleva inevitablemente a que un pacifista utilizará siempre la acción noviolenta como forma de lucha social o política al no poder utilizar la violencia por sus principios morales. Esto podría ser útil además para poder desvincularse de opciones que se reclaman pacifistas pero que defienden tratados de paz injustos, rearmes o, incluso, la guerra (o una eufemística acción bélica preventiva) en el nombre de la paz. Sin embargo hay que tener en cuenta que se Gvirtz está refiriendo a un nivel holístico que abarcaría todos los espectros de la vida y no sólo la acción política. Otro corolario de esta perspectiva es que, si extendiéramos este punto de vista a un nivel sociopolítico, todo movimiento pacifista debería ser necesariamente antimilitarista, ya que los ejércitos son ejecutores de violencia, ya sea de forma legítima o no. La profusión de estos pacifismos que no son noviolentos ni antimilitaristas es una muestra del poco éxito de la propuesta de Gvirtz, tal vez por mezclar conductas de ámbitos personales con niveles sociopoíticos. En este sentido, es mejor considerar al que por principios no usa la violencia en ningún aspecto de su vida como noviolento, en vez de pacifista, y diferenciarlo del activista que utiliza la noviolencia como parte de una estrategia política, que no busca la perfección moral absoluta en la vida diaria. De este modo podemos diferenciar a la persona que es noviolenta en todos los aspectos de su vida de la que usa la noviolencia como una forma de acción política, es decir, el que viene de una perspectiva holística del que viene de una perspectiva práctica. Se hace, por tanto, patente la necesidad de puntualizar si nos referimos a un nivel personal, interpersonal, social o político para poder entender este importante matiz.
 
 

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Notas
3.- Así pues podemos ver que "Le corage de la non-violence" ha sido traducido al castellano como "El coraje de la no violencia", y otras traducciones como "El significado de la noviolencia" o "La noviolencia como filosofía y como estrategia" siguen la grafía unida.
4.- Devi Prasad explica brevemente la importancia de himsa (violencia) como pecado en el jainismo así como la importancia de la ahimsa, o negación de la violencia . Devi Prasad: "War is a Crime against humanity". War Resisters International. London 2005. págs 30-31
5.- Sirva de ejemplo para ilustrar esto el artículo de 1922 en el que Mohandas Gandhi desarrolló una primera explicación del concepto llamado precisamente "Non-violence", capítulo 13 de Collected Works of Mahatma Gandhi XXIII, The Publications Departament.Ministry of Information and Broadcasting. Goberment of India. pags 24 y 27 o las numerosas veces que es citado de esta manera en "Todos los Hombres Son Hermanos", Sociedad de Educación Atenas. Madrid 1995, especialmente en el capítulo 4: "La ahimsa o el camino de la no-violencia" pags 126 en adelante.
6.- La Internacional de Resistentes a la Guerra (www.wri-irg.org), ha utilizado el término escrito junto refiriéndose con ello a formas de acción política, lo mismo que la otra gran organización internacional que agrupa movimientos noviolentos: Nonviolence International (www.nonviolenceinternational.org)
7.- Ortega, Pere y Alejandro Pozo: “Noviolencia y Transformación social”.Icaria editorial, Barcelona 2005.pag 47
8.- Este artículo está publicado en la web de la plataforma de colectivos Palestinians and Israelis for Nonviolence http://www.pinv.org/articleprint. php3?id_article=28.