Entrevista a Iñaki García por los 30 años de El Lokal

Traducción rápida y sencilla al castellano de la entrevista original publicada en catalán en la revista Crític

Texto: Joan Carbonell / Fotos: Jordi Borràs

Cuando hablas un rato con Iñaki García, te hierve el cerebro. Todo son debates incómodos, para ir más allá, para no olvidar quiénes somos y de dónde venimos. Debates sobre las instituciones, la organización popular, la seguridad en los barrios …; debates para mantenernos vivos en momentos difíciles. Es un auténtico referente de la lucha vecinal en el Raval, en Barcelona, y corresponsable de la difusión mundial de la lucha zapatista los indígenas de Chiapas. Forma parte del colectivo que gestiona El Lokal desde hace 30 años: una librería, una tienda de música y un punto de encuentro rebelde. Media Barcelona le conoce. Rechazó dos veces la Medalla de Oro de la ciudad en tiempos de Ada Colau. No es nada personal; simplemente, tiene otras prioridades.

Lokal con ‘k’ de “okupa ‘, de’ punk ‘! No me puedo creer que tú fueras ‘punk’ hace 30 años, cuando lo fundásteis.

No me molesta! Al contrario! Estéticamente no lo he sido ‘punk’ por razones culturales. Ahora, sí me identifico con el ‘punk’ de la irreverencia, de la idea de “hazlo tú mismo”, de la cultura crítica.

Como El Lokal siempre ha tenido una parte muy ‘punk’, siempre hemos tenido mucha relación y hemos hecho muchas cosas en común. ‘Okupación’, música ‘punk’ y insumisión eran un ‘pack’. Era extraño no encontrar un ‘punk’ que no fuera insumiso, ‘okupa’ o mensajero, o haciendo trabajos alternativas. Contracultura y ‘punk’ son una parte de la historia de esta ciudad que no se ha considerado y que ha tenido mucha importancia.

Erais de los pocos que resistiáis en la Barcelona del diseño, la “Barcelona ponte guapa”. a años 90 y 2000 venir a El Lokal era otra realidad …

Recuerdo que en 1992 venían los periodistas aquí buscar opiniones antiolimpíadas. El hecho de que seas un clásico, que estés abierto y en el centro hace que seas un referente para todos. Uno de los puntos fuertes de El Lokal han sido las microhistorias. Por ejemplo, la gente de comarcas que venía los sábados con listas de pedidos hechos a los pueblos de cintas de K7, fanzines o revistas porque sólo las encontraban aquí. Venía gente que quería ‘okupar’, otros que querían información para conseguir papeles … Esta es una de las cosas de las que estoy más orgulloso: El Lokal es fiable, confiable y útil.

Después de aquellos años ahora se ha generalizado más el pensamiento crítico y las alternativas que siempre ha defendido El Lokal. La sociedad pide estas voces. ¿Crees que esta difusión es real o es puro espectáculo?

Lo que nos debe interesar es lo que hay por debajo. Lo más espectacular no es necesariamente lo que debe tener más interés. Siempre pasa un poco lo mismo: los poderes intentan hacer negocio de todo, intentan controlarlo y asimilarlo. De eso te tienes que escapar porque puedes acabar siendo patético. Y por debajo de todo ello hay movimientos … Se trata de mirar qué está pasando, apoyar, compartir.

La lucha constante para que la irreverencia y la cultura crítica salgan a la luz y no queden atrapadas dentro de los márgenes del mercado es el gran debate. Aquí en El Lokal vamos navegando y no hay fórmulas; te tienes que adaptar continuamente.

La asimilación de lo alternativo para el sistema es algo que se va repitiendo eternamente. ¿Como se puede romper esta dinámica?

No siempre tiene que ser así. Por ejemplo, con respecto a la música, grupos como La Polla Records, Gatillazo o Fermin Muguruza, entre otros, se han hecho muy conocidos, pero siguen siendo un referente radical.

La cuestión es cómo continuar creando y ganarte la vida sin ser absorbido por el mercado? la calle siempre mantiene una frescura que la industria no tiene. Siempre es la industria que copia de la calle y no al contrario. Aquí en el Raval, en la calle hay de todo, desde lo más casposo hasta la última ola del ‘hip-hop’ que hacen los jóvenes del barrio.

Foto: Jordi Borrás | El Critic

¿Y como ves la cultura que promueven las instituciones?

La “cultureta” es una de las cosas que más me indignan. Ni en la “nueva política” ni en el independentismo no hay un debate cultural. Y eso, teniendo en cuenta que Cataluña, y concretamente Barcelona, son muy ricas culturalmente. Todo esto de que estamos hablando aquí queda al margen de estas políticas. En cambio, por debajo sí hay un montón de debates y de iniciativas. Dentro del debate de la independencia tengo la sensación de que se da una propuesta cultural muy débil. El estigma de lo catalán como algo muy ‘light’. Desde este punto de vista, la no-violencia se plantea como una cuestión de orden y de buena educación. Pero, si en este país existe un referente de la no-violencia, este es el del anarquismo y la insumisión. Debe entenderse no sólo como una estrategia para quedar bien, sino como una estrategia política. La gente se encuentra bien actuando así, pero está haciendo acción directa. No se trata de ser bien educado porque los catalanes somos gente de orden.

Parece que ha habido un cambio y los CDR y la iniciativa En Pie de Paz están llenando de contenido político estas prácticas …

Sí, y tanto. Pero encuentro que aún falta … No se hace bastante visible. Hay una memoria por debajo. por ejemplo, aquí todo el mundo hace asambleas. Y, a pesar de que el independentismo como toda la política tiene un sentido dirigista, ves que en el día a día la gente hace una asamblea, ocupa la calle y actúa. esto viene de una larga tradición de este pueblo que ha sido mayoritaria en muchos momentos. Eso no se olvida. Muchos lo quieren interpretar como algo nuevo, y eso no es verdad. Tampoco es patrimonio sólo de los catalanes. Pero sí que aquí hay una trayectoria, una tradición de acción directa no violenta que aparece de repente. Por este motivo cuesta interpretarlo y dicen toda clase de tonterías: que si es un proceso creado desde el poder, que si es un proceso revolucionario anticapitalista … Ni una cosa ni la otra. lo que más me interesa a mí es su parte popular, creativa, que no tiene un camino hecho. Esto no lo hace una vanguardia. No sabes como ha sucedido, pero está allí.

[Entra en la librería Fran, un miembro de la editorial Virus. Mientras Iñaki le prepara unos paquetes, charlo un rato de libros con el Fran. Me cuenta que están vendiendo: ‘La gran transformación’, de Karl Polanyi, un clásico, y ‘El desierto que viene’, de Mike Davis, donde el pensador norteamericano coge el pensamiento de Kropotkin para hablar de la actualidad. Hay un reinterés por las ideas libertarias. Iñaki vuelve a la conversación y nos despedimos de Fran.]

Hablábamos con el Fran de un reinterés por el anarquismo …

Jesús Rodríguez, de la ‘Directa’, me comentó que, cuando publican algo sobre anarquismo, es uno de los artículos más leídos. Es evidente que hay un interés, posiblemente ahora más que antes. Cuando se ponen en cuestión las cosas, aparecen este tipo de ideas. Cuando el sistema funciona, no hay interés por ello.

Me imagino que ha sido difícil aguantar 30 años desde la autogestión y la autonomía. como lo habéis hecho?

Aquí en El Lokal tenemos un gran debate de cómo hacernos presentes, ser críticos y al mismo tiempo no quedarnos en el gueto ni ser asimilados por el poder. Es un debate muy importante y constante. Si no lo tienes presente, caes en el un lado o en el otro. Creo que en el momento actual es un debate central que no se hace. Por ejemplo, veo que la economía social y solidaria (ESS) tiene un sentido claro, pero con la situación política y económica actual está potenciando desde las instituciones. Como la “nueva política” no tenía suficiente gente para temas económicos y al mismo tiempo querían potenciar la ESS, ficharon miembros de la ESS. Esta entrada a la institución genera un problema: la ESS se va ampliando y ampliando y queda atrás la cuestión de la autogestión. Este debate no se da. Y, cuando se da, ya es demasiado tarde y ya hay cierta agresividad porque parece una acusación. Aquí en El Lokal no hemos teorizado sobre el tema, pero sí hemos querido estar allí para demostrar que es posible.

Foto: Jordi Borrás | El Critic

¿Y cuál es su modelo?

No aceptamos ninguna subvención. Generamos dinero a partir de nuestra actividad y vamos haciendo. No es fácil, pero nos ha funcionado. Por esta razón, somos un caso muy especial. Y otra cuestión: ¿dónde queda la economía alternativa y no legal dentro del ESS? Son mundos que no trabajan en común. Desde mi punto de vista, esto hace perder mucha riqueza y marca fronteras. Con la nueva política pasa igual: “O estás en la institución o estás fuera “. Ha habido un debate?

¿Crees que es posible estar en la institución y, simultáneamente, también estar en la calle? porque parece a veces que no es posible …

Tienes razón, no pasa. Aquí meto a todos: los Comunes y la CUP, cada uno a su manera y con diferentes responsabilidades. Tú entras a la institución con un criterio: “Yo salgo de los movimientos y quiero cambiar la institución. Con nosotros no será igual “. Después de 2 años hacemos el balance y vemos como la dinámica de poder está consiguiendo más presencia que la dinámica de cambio, de crítica. A mí me interesaría hacer este debate y no entiendo por qué aún no se ha hecho. Lo plantearía de la manera siguiente: hace dos años que estamos, ponemos sobre la mesa pros y contras y hacemos públicamente, no de manera sólo interna. Esto no se hace porque no interesa. Yo creo que es un debate fundamental, porque, según como vaya esta aventura institucional, nos afectará a todo el conjunto de los movimientos.

Ante esta situación nosotros pensamos que somos poca gente y tenemos que priorizar y, por tanto, priorizamos lo no institucional. Nos dicen: “¿Por qué no presentar un proyecto como Lokal?”. Nosotros preferimos apoyar el Ágora Juan Andrés, a la lucha contra los ‘narcopisos’, a la autoorganización vecinal …

¿Y no hay un punto de autocrítica? ¿No son los movimientos de base los que deberían impulsar este debate? Promovido desde la institución, sería válido?

Sí, hay una autocrítica muy dura a los movimientos, ya que muchas veces hay un doble discurso: por un lado, un discurso contra el poder, y, por otro, me aprovecho de la institución. No creo tampoco que sea una perversión. Hay quien piensa que es dinero público y que, por tanto, tenemos el mismo derecho que cualquier otro. Pero, si quieres tener autonomía respecto a la institución, todo esto es muy importante. los libertarios tenemos una ventaja para enfocar este debate, ya que nuestras ideas y prácticas ya parten de la autonomía y de la independencia. También se ve que las cuestiones éticas quedan detrás de las cuestiones estratégicas. Un ejemplo de ello fue la bronca entre la CUP y los comunes aquí en Barcelona, iba más allá de maneras de hacer política y había una lucha partidaria. Esto nos hizo daño a muchos movimientos de Barcelona. La gente que está dentro de estos proyectos no se dan cuenta, pero esto se ve mucho. En suma, una lástima, porque las alianzas amplias funcionan muy bien.

¿Por qué aquí en el Raval tiene un Comité de Defensa, ¿verdad?

Aquí hay dos y no es casual. Veo que el proceso independentista aquí en el barrio no acaba de cuajar. La mitad de la población del barrio es de origen inmigrante y, por tanto, ya se le ha marginado de este proceso. Finalmente, no pudieron votar. En la consulta del 9-N fueron más abiertos. El 1 de octubre no fue así, creo que por razones más legalistas y de prioridades. Si no pueden ni votar ni decir la suya, tú los estás impidiendo la participación. Cuando sale la idea del Comité, el sector más cupaire hizo uno. Otra gente decidió hacer un Comité de Defensa del Barrio y de las Libertades para implicar más gente que, de la otra manera, no se sentían interpelados. Se buscó siempre la unidad de acción de los dos comités pero visibilizando las diferencias como un factor positivo. Así se ha hecho y creo que ha funcionado. ahora, también se ha de entender que los barrios son diferentes. El Raval es diferente de Gracia o de Sants. quien no lo tiene en cuenta y se salta esta peculiaridad acaba fracasando. La autoorganización continúa; aquí es imposible, pero prácticas concretas y campañas sí funcionan.

Este barrio es el ejemplo de la Barcelona que nunca se rinde. Persistente en su rebeldía de querer vivir …

Es imposible representar políticamente el Raval; responder a la pregunta “¿Quién manda aquí?”. todas las comunidades tienen su manera de organizarse, algunas de las cuales, de manera religiosa … Yo puedo tener mi criterio al respecto, pero no puedo obviar que lo hacen así. Entre ellas, las comunidades no se relacionan mucho, pero hay momentos en que se da una cierta unidad. Todas están compuestas por gente que lo pasa mal, personas que tienen un sentido crítico o rebelde, y hay solidaridad. cuando Juan Andrés Benítez murió en manos de los Mossos, se notó el encuentro de inmigrantes, prostitutas, comunidad gay, ‘okupas’ … Estos no se ponen nunca en común, y en este caso, sí. mucha gente del barrio sintió este hecho como algo propio y se movilizó. También ha pasado con el tema de la gentrificación en varias ocasiones.

 

Foto: Jordi Borrás | El Critic

 

Hablando de la muerte de Juan Andrés Benítez, como ves la limpieza de cara que han vivido los Mossos con los últimos acontecimientos?

Esto es un paripé. Aquellos que estamos en la calle cada día sabemos cómo actúan los Mossos. ya nos gustaría que fuera de otra manera; pero, cuando tienen que dar hostias, las dan igual que la Guardia Civil o la Policía Nacional. Lo que pasa ahora es que hay un interés político. Con el ‘caso Juan Andrés ‘se vio muy claro. Como ven el barrio desde las instituciones y las comisarías? “El Raval es un barrio de delincuentes, ya se sabe! “. “En el Raval, si vas de buen rollo, pasan de ti, y nos jugamos la vida “. “El Raval es muy peligroso” … y ya entras en una dinámica difícil. Por ejemplo, los jóvenes del barrio, si tienen un buen móvil, llevarán la factura de compra encima, porque, si los para la policía, darán por hecho que el aparato es robado. Aquí se hace el discurso “multiculti”, pero un chaval del barrio que provenga de familia de fuera será siempre un recién llegado, aunque haya nacido aquí y hable un muy buen catalán. Será visto como un posible delincuente. Volviendo a tu pregunta: por ejemplo, Joaquim Forn, consejero de Interior cesado por 155 y antiguo responsable de seguridad en el Ayuntamiento de Barcelona … Lo siento mucho que esté en la cárcel, pero él hizo una defensa cerrada del papel de la Guardia Urbana en el ‘caso del 4-F’. No se pueden hacer estos cambios de un día para otro, porque es mentir.

Pero los cuerpos de seguridad siempre actúan de manera incorrecta?

Ayer los ‘narcos’ querían volver a ocupar un piso desalojado por la policía. Los Mossos tuvieron una actitud muy correcta con los vecinos, no lo niego. Posiblemente, este cambio de actitud tiene que ver con lo que está pasando políticamente. Pero de dónde venimos? ¿Cuál es la base? Durante meses, los vecinos del barrio hemos estado interviniendo, jugándonos el físico. Después de esta movilización vecinal ha habido un cambio. Antes, unos narcotraficantes podían tener un piso ocupado, pasaba un año y todo eran problemas legales. A nosotros, que sabemos cómo actúan normalmente, nos hace mal este doble discurso. ya nos gustaría que cambiara el modelo de policía pero aplaudiendo o dando flores no lo consigues; el contrario, estás ratificándolos.

¿Qué modelo de seguridad sería posible?

Es otro debate muy interesante y que no se hace. Por ejemplo, en México, las comunidades indígenas han creado la policía comunitaria. Que les pasa allí? Que el ejército, la policía y los narcotraficantes actúan en común para ir contra las comunidades. Han pasado de la denuncia a crear policías comunitarias. al cabo de algún tiempo, en las zonas donde hay policía comunitaria hay más orden que donde no hay. aquí el barrio no se puede plantear esta idea porque la imagen que te viene a la mente es la de las patrullas ciudadanas de neonazis. Por ejemplo, sobre el debate de los ‘narcopisos’ salió esta idea. ¿Qué es lo que pone orden? La comunidad. Si está organizada, como mínimo presionará el modelo policial para que lo tenga en cuenta. Si no está organizada, dependemos del poder. El caso de Esther Quintana y la posterior prohibición de las pelotas de goma es un claro ejemplo de presión y de orgullo. Aunque la Policía Nacional se saltó la prohibición … aquí hay cierta ingenuidad de creer que en Cataluña será diferente. Hasta ahora, las leyes catalanas, en general, han funcionado igual.

Nos hablabas de los ‘narcopisos’. ¿Cuál es el problema?

En el Raval se ha vendido droga desde siempre. Ahora se trata de puntos determinados del barrio; no es como los años 80 y 90, no es tan grave. Se han dado los ingredientes perfectos: hay muchos pisos vacíos en manos de inversores extranjeros, de entidades financieras y de la SAREB. Las mafias tienen acceso a esta información y ocupan los pisos tanto para realquilar cómo para vender droga. Todo fruto también de un aumento del consumo de heroína. Te puedes encontrar italianos que vienen a Barcelona porque allí la droga es más cara y está más penalizado el consumo, es decir, que también se da un turismo en este sentido.

Toda esta venta de droga desde los pisos se hace de una manera que rompe las normas mínimas que había en el barrio. Por ejemplo, si vendías droga, tenías que intentar no generar conflicto en la escalera y ser discreto. Si no generaba problemas, nadie se quejaba. Ahora pasa a ser un problema porque se vende y se consume en la misma escalera y tienen actitudes violentas. Están haciendo la vida imposible a los vecinos y vecinas, que muchas veces son gente mayor que vive sola. Ante esto, las instituciones en algunos casos funcionan con una rapidez  impresionante, y en otros casos, con una lentitud desesperante. como se entiende que tú denuncies un piso y esté un año vendiendo droga cada día y generando líos constantemente? Unos dicen que es culpa de la Colau, otros de los jueces. Al final será culpa del chachachá! Estamos hartos y nos movilizamos. Y entonces comienza un gran debate, la política de verdad. Como solucionamos este ‘marrón’ que tenemos encima?

[Un vecino del barrio entra en El Lokal buscar una sierra radial. Iñaki le dice que entre en el almacén. Sacan la radial y es enorme, la pequeña le han dejado a otra. La guardan en una bolsa del Mercadona de aquellas resistentes. Iñaki dice: “Estas bolsas y los carritos de supermercado son de las cosas más útiles “. Nos despedimos del vecino. “Traigo la radial mañana”. “De acuerdo”. “Adiós”. “Hasta luego “…]

Hablábamos de los ‘narcopisos’ …

Ah, sí. Cuando la gente se activa, en casos como éste, se amplía la movilización más allá de los activistas de siempre. Se hacen caceroladas. Hay quien baja a la calle a picar la olla, la gente se encuentra y comienzan a hablar. Piensa que las hemos hecho cada día durante dos meses y medio. Al ver que la cosa funciona, los vecinos y vecinas se organizan por calles. Por otra parte, cuando se dan conflictos de este tipo, también aparecen discursos “garrulos”. Son gente cansada que no necesariamente tienen que ser fachas, aunque a veces coincide. Pero la gente ve que, si te organizas por calles, la policía comienza a intervenir y se va replicando el modelo. Entonces se crea una campaña en común de todas las calles y aparece en la prensa. La gente ha vuelto a comprobar que, si se organiza y actúa, consigue presionar a la Administración. Creo que la concejala Gala Pin siempre ha visto con buenos ojos esta lucha; pero, por mucha buena voluntad que tenga, la Administración es superlenta, la justicia está colapsada …

 

Foto: Jordi Borrás | El Critic

 

Y como conseguís después de la intervención de la policía que no vuelva a ser ocupado el piso?

Cuando llega la policía, la gente baja a la calle y exige. Entonces cambia la dinámica. Sale a la prensa el problema, y las instituciones, por miedo a quedar mal, milagrosamente se activan y tienen interés. La policía desaloja a los pisos; pero, si la propiedad no hace nada, el piso queda literalmente abierto y al cabo de media hora la misma gente lo vuelve a ocupar. Estamos viendo como las grandes propiedades pasan totalmente de los pisos que tienen vacíos en el Raval. En estos casos, hacemos lo que hemos hecho siempre: que el piso sea ocupado por gente amiga, para vivir, con el apoyo del barrio. entonces reivindicamos estos pisos para alquiler social.

Realmente os jugáis la piel …

Ayer nos amenazaron. Hicimos una alerta y vinieron los Mossos. En definitiva, volvemos a la idea de antes, que es ley de vida: si hay conciencia y autoorganización de la gente, encuentras soluciones. de la otra forma es imposible: siempre dependes de la “buena voluntad” del poder. Además, se hace comunidad y se siente orgullo de barrio. Cuando quieres institucionalizarlo, no funciona, pero queda una red por debajo que casi seguro se activará si es necesario. De esta manera se rompen todos los tópicos racistas, clasistas … Es muy importante trabajar esta red. Ayer en la acción de realojamiento de un narcopisp, la chica que lo ocupaba era mexicana y las vecinas decían “que valiente, la chavala “. Otro vecino le ayudaba soldándose una barra de hierro. Esto es ser “ravalera”. La gente ve la acción, que se la están jugando y se enrollan.

Desde aquí en El Lokal ha coordinado el Colectivo de Solidaridad con la Rebelión Zapatista, que fue importantísimo para difundir la lucha de las comunidades indígenas de Chiapas. Como conectásteis con los zapatistas del sur de México?

Todo comenzó gracias a la Guiomar Rovira, compañera de la revista anarquista ‘La Letra A’. ella viajó a México y el día 1 de enero de 1994, día del levantamiento zapatista, estaba en Chiapas. hablo con ella el 6 de enero y me dice que lo es increíble, lo soñado siempre, y nos anima a hacer un comité. Se creó una plataforma con todas las ONG y nosotros creamos un comité. con

Virus Editorial publicamos el libro de la Guiomar ‘Zapata vive’ y nos pasamos todo el verano haciendo presentaciones. En Cataluña, en Barcelona especialmente, el zapatismo encajó enseguida. la gente ‘flipaba’. Fueron más de 6.000 personas de toda Cataluña a Chiapas en los campamentos civiles por la paz.

El zapatismo ha tenido una gran influencia en toda una generación de activistas …

Toda la generación actual de la política de izquierdas se vio influenciada por el zapatismo. gente como Ada Colau, David Fernández … Tuvimos un gran debate, tal vez una intuición: no sólo estábamos dando apoyo a una rebelión, sino que estábamos inspirándonos para hacer cosas aquí en Europa. El zapatismo impregnó en todos los ambientes, pueblos y ciudades. Evidentemente, fue responsabilidad de los zapatistas, pero sí acertamos en acompañar este proceso para que fuera muy abierto y eficaz. parecía también una broma de la historia: ahora, aquí en Europa, aprendíamos de los indígenas de América. Incluso el Parlamento de Cataluña apoyó la autonomía indígena. Logramos durante 15 años algo espectacular: supimos entender el momento y se crearon unas redes autónomas y descentralizadas muy creativas. Cuando aplicábamos políticas zapatistas aquí, funcionaban! todo el mundo aprendió mucho de todo. Los indígenas nos decían: “Si no vas a una asamblea dispuesto a cambiar de opinión, esto no es una asamblea “. Imagínate una asamblea de la izquierda actual con esta idea: sería imposible. Otro ejemplo clarísimo de su influencia es el uso de frases zapatistas para la izquierda: “Vamos lentos porque vamos lejos” o “Mandar obedeciendo”.

Foto: Jordi Borrás | El Critic

Finalmente el comité se disolvió de manera polémica. Nos puedes explicar qué pasó?

Tuvimos un problema político con el EZLN. Surgió a partir de nuestra implicación en la Comisión Civil Internacional de Observación de los Derechos Humanos. Nosotros apostamos por actuar por los derechos humanos desde el activismo y no desde las instituciones. Fuimos a México a reunirnos con todos los implicados en el caso de vulneración de los derechos humanos y también con las autoridades. Una foto nuestra con el gobernador Juan Sabines fue cuestionada públicamente; su gobierno era asesino. nosotros optamos por reunirnos con él para sentir su voz y poder denunciar su responsabilidad, así como sumarnos a la lucha de los familiares, de la comunidad y de los movimientos para conseguir que liberaran varios presos. El Subcomandante Marcos hizo una crítica muy dura a la comisión que fue pública. Yo respondí como portavoz de ésta con un artículo en ‘La Jornada’ en la que defendía nuestra estrategia. Y entendimos que teníamos que dejarlo. Mucha gente quiere saber los detalles de esta crítica que se personalizó hacia mi persona. Tienen derecho a saberlo, pero también hay mucho ‘morbo’. Como colectivo emitimos un comunicado donde se asumía la responsabilidad colectiva de lo que habíamos hecho siempre y no sólo como algo personal mía. decidimos disolvernos. Éramos un colectivo de solidaridad con la rebelión zapatista: si la estructura zapatista había perdido la confianza en nuestro trabajo, o acatábamos sus directrices o nos disolviamos. no nos interesaba la confrontación. Seguimos creyendo en el gran valor de la autoorganización de las comunidades y no queríamos perjudicar su lucha.

Para terminar la entrevista, puedes recomendarme un libro?

Hay un libro que hemos publicado desde El Lokal, que me gusta mucho, que se llama Catálogo de Decisiones y fragilidades‘, De Toni Álvaro. Se trata de relatos, con un estilo muy humano y cercano, sobre gente que la vida los colocó en situaciones límite y reaccionaron de manera heroica sin tener ninguna vocación. He llorado de emoción con sus historias.

Quizás te ves identificado, con alguna de estas historias?

Notas que la gente a veces te tiene un respeto por todo lo que has hecho y al fin y al cabo soy una persona normal y corriente que la vida me ha puesto en un lugar y he intentado hacer las cosas bien, como hacen miles de personas en su respectivo ambiente. No sabemos la trascendencia histórica que tendrán los actos de cada uno. Quién lo sabe! Para mí, el zapatismo y el barrio son diferentes formas de lo mismo: de la rebelión de intentar construir mundos y respuestas ante la gente que está jodida. No creerte demasiado tu papel es muy importante. Para mí, fue una lección que aprendí en ese momento. No se debe personalizar lo global y debe entenderse que pasan estas cosas. A mi me gusta volver a hacer el día a día aquí, en El Lokal y el barrio. No esperaba ser un personaje histórico. Por ello es importante como te sitúas, como te sientes, cómo te relacionas para hacer las cosas. Hacer las cosas como tú las quieres hacer y no dejarte llevar por urgencias históricas.